Revista Latinoamericana de Difusión Científica
Volumen 5 – Número 8 – Enero/Junio 2023 - ISSN 2711-0494
A. R. Sabando et al // Acoso escolar y su influencia en el rendimiento académico …171-190
maltrato intimidatorio puede tener lugar a lo largo de meses e incluso años, siendo sus
consecuencias ciertamente devastadoras, sobre todo para la víctima. (Moreno, 1998)
En este sentido, el acoso escolar se manifiesta en un amplio espectro y gradiente
que involucra la violencia física, psicológica, por exclusión y hacia las pertenencias
(
Olweus, 2013). De manera tradicional el bullying se ha subdividido en dos tipos, directo
e indirecto. El primero de ellos está relacionado a la agresión física (golpes, toma de
objetos no consentida) y verbal (insultos, amenazas); el segundo se caracteriza por la
exclusión social (ignorar e impedir la participación), diseminación de rumores y
manipulación (Wolke & Lereya, 2015). Recientemente, se han descrito diversas formas
de ejercer este tipo de violencia, dentro de éstas: acoso físico, acoso con armas, insulto
o burla, acoso por raza o cultura, acoso sobre orientación sexual o identidad de género,
acoso relacionado al aspecto del cuerpo. (Salmon et al., 2018 y Bucchianeri et al., 2016).
Por su parte, Páez, et al. (2020), mencionaron que el acoso escolar genera
conflictos y los roles en que la perciben los adolescentes, el 69,5% han sido testigos de
algún tipo de violencia, victimas el 35,8% y victimarios o agresores el 14,2%. En su orden,
los tipos de violencia que predominan en el rol de testigos son la violencia verbal (65,0%),
física (37,8%), por exclusión (30,4%) y hacia los profesores (22,9%). En el rol de victima
predomina la violencia verbal (33,4%) y hacia sus pertenencias (23,7%). Por último, los
adolescentes se reconocen como agresores de la violencia verbal (13,8%), hacia los
profesores (9,6%) y física (9,3%). A su vez, López, et al. (2010), mencionan que el acoso
escolar en el alumnado de los centros privados, los de procedencia urbana y quienes
pertenecen a la clase social media aplicarían menos la violencia hacia el profesorado.
En este mismo marco del acoso escolar, Briones, F. (2020), concluye que los estudiantes
en un 75% de alguna manera se ven afectados con acoso y el 25% un nivel medio de
afectación de acoso y baja autoestima.
A su vez, Montaner y Álvarez, (2010) mostraron que la presencia de acoso escolar
en las dos instituciones es baja y no existen diferencias entre los grupos. En promedio,
la mayoría de las conductas son de hostigamiento verbal y en menor frecuencia la
agresión física y manipulación social. Se observaron diferencias en los puntajes de acoso
escolar entre varones y mujeres. De tal manera, Merlyn et al. (2012), señalan que los
porcentajes de víctimas (52%), observadores (80%) y victimarios (61%) son muy
elevados en los colegios. La tasa de maltrato es de 39%, con una intensidad alta o muy
alta en 27% de los casos. Se observa una mayor vulnerabilidad en las edades más bajas;
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