Revista Latinoamericana de Difusión Científica  
Volumen 4 Número 7  
Depósito Legal ZU2019000058 - ISSN 2711-0494  
Revista Latinoamericana de Difusión Científica  
Volumen 4 - Número 7  
Julio Diciembre 2022  
Maracaibo Venezuela  
Revista Latinoamericana de Difusión Científica  
Volumen 4 Número 7 - ISSN 2711-0494  
Andrés Jiménez// Competencias matemáticas y habilidades cognitivas 141-167  
Competencias matemáticas para el desarrollo de habilidades  
cognitivas en estudiantes universitarios  
Andrés Jiménez Beleño*  
RESUMEN  
El presente artículo tuvo como objetivo fundamentar y analizar la vinculación que tiene el  
manejo de las competencias matemáticas en los estudiantes universitarios con las  
habilidades cognitivas y pensamiento lógico desarrolladas en éstos. Para ello se sustenta  
en una revisión documental que permitió dilucidar el concepto de competencias  
matemáticas, su fundamentación, algunas actividades de aprendizaje y evaluación  
relacionadas al área educativa, y las habilidades cognitivas de razonamiento matemático  
que deberían manejar los estudiantes universitarios. En atención a su metodología se  
recurrió al paradigma cualitativo, fundamentado en la hermenéutica para el procesamiento  
de la información recabada en las fuentes consultadas. Como conclusión más relevante se  
obtuvo que las competencias básicas matemáticas permiten a los alumnos adquirir las  
habilidades y los conocimientos necesarios para realizar operaciones simbólicas, utilizando  
un lenguaje numérico adecuado. También incluye el desarrollo de la capacidad de  
descodificar e interpretar el lenguaje formal y simbólico para entender su relación con el  
lenguaje cotidiano. Asimismo, desarrolla el pensamiento lógico, la abstracción, síntesis,  
concentración, capacidad de análisis, entre otras ventajas de aportes cognitivos.  
PALABRAS CLAVE: Matemáticas; estudiante universitario; educación; razonamiento.  
*Profesor en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de la  
Guajira, Colombia. ORCID: https://orcid.org/0000000248610516. E-Mail:  
Recibido: 28/04/2022  
Aceptado: 08/06/2022  
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Mathematical competences for the development of cognitive abilities  
in university students  
ABSTRACT  
The objective of this article was to support and analyze the link between the management of  
mathematical competencies in university students and the cognitive and logical thinking skills  
developed in them. For this purpose, it is based on a documentary review that allowed  
elucidating the concept of mathematical competences, its foundation, some learning and  
evaluation activities related to the educational area, and the cognitive skills of mathematical  
reasoning that university students should handle. Regarding its methodology, the qualitative  
paradigm was used, based on hermeneutics for the treatment of the information collected  
from the sources consulted. As the most relevant conclusion, it was obtained that basic  
mathematical competences allow students to acquire the necessary skills and knowledge to  
perform symbolic operations, using an adequate numerical language. It also includes the  
development of the ability to decode and interpret formal and symbolic language to  
understand its relationship with everyday language. It also develops logical thinking,  
abstraction, synthesis, concentration, analytical skills, among other advantages of cognitive  
contribution.  
KEY WORDS: Mathematics; University students; education; reasoning.  
Introducción  
El aprendizaje por competencias es un enfoque pedagógico que combina diferentes  
tipos de conocimientos y habilidades. Por tanto, se fundamenta en distintas teorías del  
aprendizaje y mecanismos de evaluación. No obstante, el desarrollo en competencias en  
matemáticas representa un continuo desafío, por lo imperativo que resulta que los  
educandos manejen herramientas para la apropiación del uso de la lógica y el  
discernimiento. Esto les permite extrapolar los contenidos mucho más allá de los salones  
de clases, con una aplicación de saberes para los estudiantes que traslada el conocimiento  
a la vida diaria, constituyendo sapiencia para la autonomía, adaptación al contexto social,  
habilidad de codificar y decodificar, traducir, interpretar y distinguir entre diferentes tipos de  
representaciones de objetos y situaciones.  
Sin lugar a duda, se puede decir que, el Estado colombiano promueve una educación  
basada en el conocimiento técnico, científico y humano, ayudando a las personas a  
desplegar su potencial creativo y promoviendo la participación activa de los estudiantes.  
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Para ello se sigue una línea de investigación, innovación y vanguardia en las distintas  
carreras que se ofrecen en las universidades del país. Siempre hacia la promulgación de  
una educación universitaria integral que responda a las distintas áreas del saber y forme  
profesionales capaces de contribuir a una sociedad más justa, equitativa, informada y  
competitiva. Por lo cual se hace necesario el manejo de una serie de competencias entre  
las que figuran las matemáticas como principales capacidades para: razonar, pensar,  
argumentar, plantear y resolver problemas.  
En ese orden de ideas, resaltan los razonamientos de Martínez et al (2020), cuando  
plantea que en Latinoamérica han germinado métodos de innovación socioeconómicos,  
que son el resultado de la dinámica de enseñanza de criterios integrales que abarcan  
modelos educativos de competencias múltiples, el cual le permiten al estudiante interactuar  
con el mundo cotidiano; afirmando que muchos de esos modelos se asientan en los  
principios establecidos por la Organización de la Naciones Unidas para el Desarrollo de la  
Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO), mediante la formación por competencias.  
Entendiendo que las competencias son el resultado de aprendizajes más completos  
y prácticos, encaminados al desarrollo de las habilidades del estudiante para que éste pueda  
integrarse a la dinámica informativa general. Más concretamente, el desarrollo de  
competencias en matemáticas constituye un importante reto, pues es imperativo que se  
les proporcione a los estudiantes las herramientas para apropiarse del conocimiento, así  
como la información, con la intención de generar en ellos una racionalización de las  
experiencias, así como uso lógico del pensamiento. En consecuencia, pensar y razonar  
forman parte de ese desarrollo que se facilita a través de las competencias matemáticas.  
El dominio e implementación de las competencias matemáticas en los estudiantes  
universitarios, es fundamental pues potencia la capacidad de análisis, el razonamiento, así  
como la habilidad para sintetizar y aplicar el conocimiento. Esto conlleva a la alfabetización  
matemática para fortalecer la capacidad de reconocer y comprender el papel del hombre en  
el mundo, de tomar decisiones con conocimiento de causa y de utilizar las matemáticas  
adecuadamente en la vida como un ciudadano constructivo, comprometido y solidario  
(García & Benítez , 2011).  
Sobre la base de estas consideraciones, el artículo se inscribe dentro de una  
metodología de revisión documental, teniendo como objetivo: fundamentar y analizar la  
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vinculación que tiene el manejo de las competencias numéricas en los estudiantes  
universitarios de carreras tanto científicas y tecnológicas como humanistas, para así poder  
determinar qué tipo de razonamiento emerge en los estudiantes después de dominar las  
competitividades matemáticas.  
Para lograr este propósito se da inicio con algunas definiciones que abordan los  
fundamentos sobre los que se sustenta las competencias matemáticas, permitiendo  
determinar el ámbito de acción educativo sobre el tema, para luego ahondar en el concepto  
y contenido básico de las competencias matemáticas en los estudiantes universitarios.  
Consecutivamente se plantean algunos elementos relacionados a las actividades de  
aprendizaje y evaluaciones en los contenidos matemáticos, para finalizar profundizando en  
las habilidades cognitivas de razonamiento matemático que deberían manejar los  
estudiantes universitarios. Tras presentar los principales fundamentos teóricos del artículo,  
se muestran en detalle las consideraciones metodológicas, así como la discusión de los  
resultados, para posteriormente dar paso a las conclusiones.  
1. Metodología  
Se realizó una investigación cualitativa centrada en la técnica de revisión documental,  
es decir, una exploración sistemática de fuentes secundarias, como: libros, artículos  
académicos, monografías, informes de investigación y todos los registros fiables  
relacionados con el tema abordado. De acuerdo con Orozco & Díaz (2018), la investigación  
documental permite acopiar información referente al tópico de interés a través de consultar  
e indagar documentos en línea. A pesar de tratarse de un artículo que no es elaborado a  
partir de fuentes primarias, se plantea como un documento de consulta al momento de  
ahondar sobre el estado del arte de una determinada temática, ya que se encuentra  
respaldado por fuentes confiables y actualizadas que le confieren validez dentro de la  
comunidad científica.  
En consecuencia, la revisión documental de esta investigación se esgrimió a través  
de los buscadores académicos electrónicos en una indagación de aproximadamente 200  
fuentes, con los descriptores: fundamentos, concepto y contenido básico de las  
competencias matemáticas, al igual que habilidades cognitivas en los estudiantes  
relacionados a dichas competencias.  
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Con el presente artículo se pretende dar una visión actualizada en torno a la  
vinculación que tiene el manejo de las competencias matemáticas en los estudiantes  
universitarios con el desarrollo de las habilidades cognitivas, las cuales constituyen  
categorías de análisis que han sido previamente estudiadas. De igual manera, la aplicación  
de los fundamentos de la hermenéutica, permitió que los planteamientos de autores  
latinoamericanos y universales, fueran contextualizados a la realidad de las universidades  
colombianas.  
2. Resultados  
2.1. Fundamentos de las competencias matemáticas  
El término competencias en el argot educativo constituye un tema muy debatido, que  
ha dado paso a grandes polarizaciones. Para muchos representa un artilugio con el cual se  
pretende abordar un área de gran importancia para la educación, la cual no termina de  
responder a las demandas pedagógicas que se requiere en la actualidad. Para otros  
representa una gran oportunidad para generar los cambios que demanda una nueva  
concepción del hecho educativo. Lo cierto es que el término merece ser analizado desde  
los aportes que verdaderamente propiciará la vanguardia académica que se ha planteado  
como reto muchos sistemas educativos y cómo éstos pueden marcar una gran diferencia  
entre los educandos formados por competencias, que les permitan ser más eficientes en su  
cotidianidad, relacionando la sapiencia profesional con las dificultades reales que se le  
presentan en la vida.  
En este sentido y particularmente con el tema que este articulo aborda, relacionado  
con las competencias matemáticas, resulta de interés lo expresado por Alsina (2010),  
cuando refiere que la introducción de un plan de estudios basado en competencias, aumenta  
la adquisición de las habilidades básicas que en la educación y representan el componente  
procedimental en la formación integral del estudiante. Esto significa un paso adelante para  
formar personas más eficaces a la hora de conseguir soluciones a los problemas de la vida  
diaria, yendo más allá de las tareas puramente académicas y enseñando a los alumnos a  
enfrentarse con éxito a los retos de la vida; buena parte de estos logros a las competencias  
matemáticas, las cuales aumentan en los estudiantes la capacidad de pensar, razonar y  
cuantificar situaciones de la vida cotidiana.  
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De acuerdo con Barrantes (2010), el llamado modelo de "educación basada en  
competencias" pretende salvar la brecha entre las exigencias de la formación educativa y la  
sociedad laboral de hoy, aportando nuevos elementos de preparación para los futuros  
trabajadores, donde éstos puedan ser éticamente sólidos, eficaces y tengan éxito en su vida  
laboral y profesional. Esto les permite transpolar las competencias no sólo en el ámbito  
laboral, sino en todos los planos personales y sociales del individuo.  
La habilidad matemática más básica adquirida por los estudiantes mediante un  
aprendizaje generado por el modelo de educación por competencias, proporciona a los  
alumnos de cualquier disciplina la capacidad de utilizar el lenguaje de las matemáticas para  
comunicarse con el mundo cotidiano y así poder desarrollar ciertas habilidades lógicas,  
entre las que se encuentran pensar y razonar, incluyendo la capacidad para plantear  
diferentes formas de: identificar, discriminar, diferenciar, cuantificar, buscar y entender la  
vida desde su cotidianidad más elemental.  
En Colombia, el tema de las competencias en la educación forma parte del debate  
sobre la mejora de la calidad educativa. Desde la perspectiva del aprendizaje de las  
matemáticas, además de estimular la reflexión, el propósito principal se centra en  
proporcionar alternativas a problemas concretos que puedan resolverse utilizando los  
conocimientos de la ciencia numérica adquiridos, es decir, el estudio de las matemáticas  
debe permitir al alumno actuar con eficacia en diferentes situaciones de la vida cotidiana.  
Esto significa que los objetivos pedagógicos que se proponen en la enseñanza de las  
matemáticas deben promover métodos de aprendizaje y de acción en los contenidos  
conceptuales, actitudinales y procedimentales derivados del razonamiento numérico, que  
conduzca a la utilización voluntaria de modelos matemáticos como alternativas de solución  
para los problemas de la vida diaria (Restrepo, 2017).  
Se debe entender, entonces, que los fundamentos de las competencias matemáticas  
en todos los niveles del sistema educativo, pretende aportar un conocimiento en el aula que  
les permita a los docentes generar en los alumnos argumentos lógico-matemáticos de  
diferentes tipos. Esto les permite desarrollar procedimientos intuitivos, que los lleven a  
construir y expresar soluciones válidas en su accionar diario. Para ello necesita modelar o  
traducir la situación problema particular en las que sea necesario sumar, multiplicar o aplicar  
cualquier otra operación básica. Posterior a ello el estudiante podrá validar a través del  
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análisis y la reflexión los resultados obtenidos y así llevar un monitoreo periódico de sus  
avances.  
Las demandas de las sociedades actuales exigen de la educación en términos de  
formación para el progreso, que se incluyan en los currículos competencias que respondan  
a una sociedad globalizada, donde el desarrollo esté internacionalizado. Esto con el fin de  
brindar un conocimiento general que deben manejar los profesionales en todas las carreras.  
Por lo cual se debe tomar en cuenta que las estrategias de enseñanza en fundamentos  
matemáticos se basan en sistemas numéricos que permitan a los estudiantes desarrollar  
competencias de abstracción, análisis y síntesis, necesarias y aplicables en diversas  
actividades profesionales en todo el mundo (Garay et al., 2017). Esta situación plantea una  
necesidad evidenciada en la formación en matemáticas en general para todos los  
programas académicos.  
Para (Alvis et al., 2019), la competencia matemática se encuentra anclada en una  
nueva realidad educativa donde se integran propuestas pedagógicas que responden a las  
necesidades del individuo en desarrollo, que además requieren de una educación centrada  
en la integridad, la síntesis social, la trascendencia y la vinculación del individuo con el  
entorno. Todo ello sin dejar de lado la importancia de abordar los contenidos matemáticos  
desde una perspectiva funcional. Así pues, el entorno de aprendizaje permite el diseño  
pedagógico para el desarrollo de la competencia matemática en el aula, con lo cual se  
establecen correspondencias con la realidad del entorno en el que vive el alumno,  
contribuyendo así al desarrollo de una ciudadanía activa.  
Las competencias matemáticas se fundamentan en la habilidad para plantear y  
resolver diferentes tipos de problemas matemáticos, a fin de resolverlos mediante el uso de  
diversos métodos, estrategias y algoritmos, pero también conlleva una relación directa de  
estos conocimientos con el ámbito de la vida y entorno del alumno. De esta forma se le  
proporcionan al estudiante una serie de conocimientos matemáticos aplicables a su realidad  
inmediata. Esta habilidad contempla la elección entre las diferentes formas de  
representación y sus interrelaciones de acuerdo con la situación y el propósito específico  
de cada persona.  
Sobre este particular (Hidalgo et al., 2018), refieren que las habilidades matemáticas  
apoyan el desarrollo cognitivo de los estudiantes, de modo que se logren preparar para  
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tomar las mejores decisiones en el mundo real. La enseñanza de las habilidades  
matemáticas se basa en patrones así como en la repetición de algoritmos, lo que lleva a la  
resolución de problemas mediante el pensamiento lógico y la aplicación de los  
procedimientos matemáticos.  
Las competencias matemáticas se basan en la habilidad para utilizar y relacionar los  
números, sus operaciones básicas, los símbolos, las formas de expresión y el razonamiento  
matemático, tanto para la producción e interpretación de distintos tipos de información, como  
para ampliar el conocimiento sobre aspectos cuantitativos y espaciales de la realidad.  
También facilita la utilización de los saberes matemáticos de forma espontánea, el uso de  
los elementos numéricos en diversas maneras de argumentar y razonar en los ámbitos  
personal, social o laboral; al igual que proporciona al estudiante la habilidad para interpretar,  
producir la información, resolver los problemas provenientes de situaciones cotidianas y del  
resto de los campos del conocimiento, ayudando en la toma de decisiones.  
2.2. Concepto y contenido básico de las competencias matemáticas  
Las competencias matemáticas deben dotar a los estudiantes de capacidades y  
conocimientos necesarios para poder utilizar un lenguaje numérico apropiado, de forma que  
puedan ser capaces de realizar operaciones básicas simbólicas, por ejemplo de suma,  
resta, multiplicación y división. También comprende el desarrollo de la habilidad para  
descodificar e interpretar el lenguaje formal y simbólico, además de entender su relación  
con el habla cotidiana, formando al alumno para poder traducir desde el lenguaje coloquial  
al lenguaje simbólico/formal; manipular proposiciones y expresiones que contengan  
símbolos y fórmulas; realizando cálculos de operaciones básicas que involucre las  
matemáticas, utilizando con destreza los procesos de análisis y deducción.  
Para Holguín (2016), las matemáticas constituyen una ciencia de patrones y  
relaciones, al entender y utilizar esos patrones se puede desarrollar en el estudiante un  
conjunto de competencias matemáticas que le permitirán relacionar ese conocimiento con  
experiencias cotidianas y situaciones del mundo real. En la sociedad actual, las personas  
necesitan adquirir conocimientos y habilidades que les permitan trabajar como ciudadanos  
profesionales y responsables, no sólo en la escuela, sino también en la vida cotidiana.  
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Los planes y programas de estudios basados en competencias proporcionan  
conocimientos concretos que permiten a los estudiantes desenvolverse a lo largo de la vida  
en diferentes contextos, comprender el mundo e influir en él. Esto también los lleva a  
establecer relaciones armoniosas con los demás y participar eficazmente en la vida social,  
profesional y política (Vargas et al., 2018). El contenido básico de las competencias  
matemáticas se centra en proporcionar al estudiante las capacidades para pensar, razonar,  
calcular e interpretar adecuadamente diversos contextos.  
Así mismo se puede decir, que las competencias matemáticas se orientan hacia las  
capacidades de: buscar, analizar, procesar, representar y comunicar diferentes tipos de  
información, decodificando y traduciendo la misma. Lo anterior debe complementarse con  
contenidos dirigidos a modelar y utilizar lenguaje simbólico y las operaciones formales, a  
partir del trabajo con fórmulas simples y ecuaciones que permitan calcular las dimensiones  
de distintas piezas y/o herramientas usadas en el razonamiento lógico.  
Según Ramón & Vilchez (2019), el proceso de aprendizaje de las matemáticas debe  
basarse en un auténtico método de descubrimiento por parte de los alumnos, ya que éstas  
no se enseñan, sino que se crean. En el desarrollo de las competencias matemáticas, el  
método es tan importante como el contenido, por lo que la enseñanza debe basarse en los  
procesos de pensamiento matemático que subyacen a la resolución de problemas, los  
cuales transcienden en muchos casos al propio contenido. Por lo tanto, los conceptos e  
ideas matemáticas se basan en su relación con los fenómenos que los generaron, y en su  
aplicación en el proceso de enseñanza.  
Los conocimientos y la comprensión de los elementos matemáticos, al igual que las  
operaciones o relaciones básicas presentes en los contenidos docentes relacionados a esta  
área de estudio, permiten el desarrollo de las destrezas necesarias para aplicar principios y  
procesos numéricos básicos en situaciones cotidianas del ámbito personal, social y laboral,  
a través de un análisis y producción de información. Los contenidos básicos matemáticos  
deben estar relacionados con la autonomía, la perseverancia y el esfuerzo para abordar  
situaciones de creciente complejidad, enfocando el esfuerzo en la sistematización, la mirada  
crítica y la habilidad para comunicar con eficacia los resultados del propio trabajo.  
Sobre este particular destacan los señalamientos de (Martínez et al., 2017), cuando  
refieren que las competencias matemáticas en los alumnos de educación superior muestran  
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un nivel muy bajo de desempeño, demostrando que es necesario que los docentes  
entiendan que se hace imperativo buscar un nuevo modelo educativo donde  
verdaderamente se facilite al estudiante el aprendizaje correcto de los contenidos  
matemáticos, relacionando la corriente aritmética, la reflexión algebraica y el pensamiento  
práctico.  
Los profesores de educación secundaria por su parte deben ser capaces de manejar  
las competencias matemáticas relacionadas con: el pensamiento algebraico, los números y  
sus relaciones, las figuras y cuerpos geométricos, los planos cartesianos, las funciones, los  
procesos de cambio o variación; al igual que la medición, el cálculo geométrico, los  
procesos cognitivos, el cambio conceptual en matemática y ciencia, las escalas, las  
semejanza, la historia de las matemáticas, la predicción, el azar, la presentación y  
tratamiento de la información, entre otros (Juárez & Arredondo, 2017).  
Por tal motivo, los docentes deben estar preparados para la tarea de desarrollar  
competencias básicas en matemática fundamentadas en promocionar el uso funcional del  
conocimiento numérico en situaciones propias del entorno natural, social y cultural de los  
alumnos o personas involucradas. Si una propuesta educativa plantea tomar la resolución  
de problemas como motor de los procesos de enseñanza y aprendizaje, será preciso  
combinar bien lo que son los referentes reales y lo que es poner en juego las estrategias de  
resolución, pero sin disfrazar o camuflar problemas sino buscando su autenticidad.  
Las matemáticas deben conceptualizarse dentro de un contexto humano como el  
resultado de un consorcio cultural, una combinación de actividades que implica una nueva  
forma de ver las cosas. Es un área muy compleja del proceso evolutivo del pensamiento, lo  
que dificultad la tarea de relacionarlo al método de enseñanza y aprendizaje; para hacerlo  
hay que tratar la ciencia numérica desde una perspectiva histórica y cultural que  
inevitablemente está presente en todos los aspectos de la vida humana, cuyo estudio  
permitirá gestionar y resolver los problemas del entorno (Manzueta et al., 2018).  
Las competencias matemáticas desarrolladas a través de un proceso educativo  
deben implicar el surgimiento de un ser humano con una actitud positiva basada en el  
respeto de la verdad y en la búsqueda de la certeza a través del razonamiento. Al igual que  
al desarrollo de la capacidad de las personas de ampliar el pensamiento lógico abstracto, lo  
que les será de gran utilidad para el empleo de mapas, planificación de rutas, diseño de  
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planos, elaboración de dibujos, interpretaciones gráficas, reconocimiento espacial del  
entorno, etc. Al estudiar los contenidos matemáticos los estudiantes podrán visualizar un  
mejor conocimiento de la realidad y aumentar las posibilidades de interactuar con ella y de  
transmitir informaciones cada vez más precisas sobre aspectos cuantificables del entorno.  
Según lo explica Pava (2018), en el aula es importante capacitar a los alumnos para  
que utilicen estrategias que promuevan un aprendizaje eficaz, especialmente en  
matemáticas. En el ámbito más amplio y complejo de esta ciencia, la planificación integral  
permite a los alumnos reflexionar sobre lo que han aprendido y aplicarlo en la práctica. Esto  
también está en consonancia con las recomendaciones del Ministerio de Educación, que  
identificó el desarrollo de la competencia matemática como uno de los temas principales del  
currículo actual.  
La definición de competencia en educación ha sido vaga desde el principio y sigue  
siéndolo. Al mismo tiempo, se reconoce que los procesos de enseñanza y aprendizaje están  
socialmente mediados y que para adquirir competencias los alumnos deben relacionar los  
nuevos conocimientos con los que ya conocen, lo que requiere una actividad intelectual  
facilitada por diversos procesos y atributos socialmente mediados. Lo que sugiere que es  
un concepto muy complejo de explorar y gestionar, convirtiéndolo en dinámico y polisémico  
(Machado & Montes, 2020). El aprendizaje basado en competencias es un enfoque que se  
ha introducido en la educación en las últimas décadas, debido a la necesidad de transferir  
y adquirir habilidades útiles en un mundo cambiante. Los enfoques basados en las  
competencias son una forma eficaz de preparar mejor a los estudiantes universitarios para  
las profesiones que asumirán en sus futuros cercanos (Ríos & Yañez, 2016).  
Lo que si queda claro y está plenamente identificado es que las competencias  
matemáticas deben involucra la habilidad de expresarse tanto en forma oral como escrita  
sobre asuntos con contenido numérico. También debe capacitar a los estudiantes para  
entender las aseveraciones orales y escritas expresadas por otros sobre ese tema, al igual  
que la elaboración de respuestas comunicables que permitan ser interpretadas por las  
personas que nos rodean. Por tanto, el concepto general de competencias en términos de  
educación requiere una preparación que lleve a la acción y puesta en práctica del  
conocimiento adquirido por parte de los estudiantes. Por lo cual el educando después de  
pasar por un proceso de formación académica con bases matemáticas, debe ser capaz de  
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seleccionar las características relevantes de una situación real, representarla  
simbólicamente y determinar pautas de comportamiento, regularidades e invariantes  
numéricas. A continuación se presenta una comparación organizada y reflexiva entre las  
competencias de la Prueba Saber y los lineamientos curriculares de matemática,  
evidenciados en la descripción de la tabla 1.  
Tabla 1: Comparación entre las competencias matemáticas (Lineamientos curriculares y  
Prueba Saber)  
Lineamientos Curriculares de  
Matemáticas  
Competencias matemáticas de la  
prueba Nacional Saber  
Formular y resolver problemas  
Modelar procesos y fenómenos de la  
realidad  
Comunicar  
Razonar  
Comunicar  
Solucionar problemas  
Tres Contextos  
Razonar  
Formular comparar y ejercitar  
procedimientos y algoritmos  
Dos tipos de conocimiento  
Los números, las operaciones y  
transformaciones  
Problemas propios de la geometría y  
de la medición  
El conocimiento conceptual y el  
conocimiento procedimental  
Fundamentos de la estadística  
Fuente: elaboración propia (2022)  
Para Fernández & Barbarán (2017), el concepto de competencia matemática se ha  
interpretado de diferentes maneras. Por un lado, desempeña un papel en la descripción de  
la actitud del alumno hacia las matemáticas escolares; y, por otro, se considera un proceso  
que debe ponerse en marcha para que el alumno sea capaz de utilizar las matemáticas en  
su vida diaria para resolver situaciones cotidianas. El desarrollo de competencias,  
especialmente en matemáticas, forma parte del currículo oficial en Colombia desde 2006, y  
en todo el mundo desde hace décadas.  
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Las competencias es un concepto complejo y controvertido, pero es importante para  
afrontar los cambios y desafíos, especialmente en el desarrollo humano y la educación en  
general, hoy en día, las competencias matemáticas es una parte importante del plan de  
estudios y debe estudiarse en profundidad (García et al., 2017). Sin las competencias  
matemáticas en el espectro universitario los alumnos de las diferentes carreas que existen  
no podrían relacionar el desarrollo económico del mundo y sus roles profesionales como  
agentes activos en la evolución socio cultural del ser humano.  
2.3. Actividades de aprendizaje y evaluaciones en los contenidos matemáticos  
Las actividades inmersas en las competencias matemáticas deben volcar sus  
esfuerzos orientándolos a la adquisición, por parte de los estudiantes, de conocimientos que  
vayan más allá de la resolución de ejercicios numéricos contenidos en los textos  
estudiantiles. En otras palabras, las actividades académicas de los educandos en las  
competencias matemáticas deben implicar mucho más que una alfabetización numérica,  
permitiendo que los estudiantes de manera eficaz racionalicen la práctica educativa con el  
accionar cotidiano, buscando sentido lógico a la aplicación de esos conocimientos sobre los  
problemas que se les presenten en su vida diaria.  
Según las observaciones aportadas por Alsina (2016), para conseguir mejores  
resultados en los alumnos con relación a la adquisición de los conocimientos matemáticos  
hay que poner en práctica el currículo de matemáticas en la enseñanza y el aprendizaje,  
utilizando una amplia gama de métodos de educación para satisfacer las necesidades de  
todos los alumnos, al igual que valerse de las evaluaciones. También se deben establecer  
objetivos y supervisar la eficacia de los programas de apoyo, tomando iniciativas específicas  
para aumentar la motivación y el compromiso de los alumnos, fomentando la flexibilidad  
didáctica, promoviendo el desarrollo de los contenidos e integrando los distintos recursos  
con los que se cuenta: libros, tecnología, lúdica, materiales diversos y situaciones cotidianas  
que permitan la “matematización” del entorno.  
Para este autor el docente debe hacer un trabajo previo, de contexto y posterior en  
el aula. En la fase previa el docente debe realizar actividades diagnósticas donde pueda  
establecer qué tipo de conocimientos numéricos traen los alumnos, lo que se puede realizar  
a través del diálogo o interacciones, afirmando que esta será la única manera de poder  
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transmitir acertadamente nuevos conocimientos matemáticos, ya que si no se toma en  
cuenta lo que el alumno sabe, la planificación que se haga será irreal y probablemente no  
se producirá el nuevo conocimiento. Otro aspecto importante resulta en la etapa de contexto  
donde el docente debe invitar a los alumnos a la utilización del razonamiento lógico, la  
exploración del medio y su relación con las ideas matemáticas. Finalmente, conseguir que  
el educando comunique y comparta los conocimientos adquiridos.  
Otro aspecto determinante para una aproximación más certera a las actividades de  
aprendizaje matemático que conlleve al alumno a la asimilación de los conocimientos, están  
relacionados a la innovación y vanguardia. En este sentido cobran fuerza los señalamientos  
de Ayil (2018), al exponer que el objetivo es reformar la enseñanza y el aprendizaje para  
que las clases de matemáticas sean más dinámicas y los alumnos participen activamente  
en ejercicios interactivos, utilizando herramientas que les enganchen, les motiven y les  
permitan trabajar en la asignatura con sus profesores y compañeros, para lo cual  
recomienda incorporar a las actividades didácticas el uso de las tecnologías de la  
información y la comunicación; al igual que diseñar espacios y ambientes no convencionales  
de aprendizaje que promuevan las herramientas interactivas.  
Partiendo de los contenidos básicos establecidos como dominio de las competencias  
que incluyen los Lineamientos Curriculares de Matemáticas, queda claro que son algo más  
que un conjunto de teorías, son una herramienta práctica esencial para tratar y comprender  
una amplia gama de situaciones. Por lo tanto, la enseñanza y el aprendizaje en esta área  
deben centrarse en el desarrollo conceptual, pero sobre todo en las habilidades necesarias  
para resolver problemas y comunicarse en un lenguaje matemático en diferentes contextos.  
Entendiéndose que las habilidades matemáticas no se adquieren de forma espontánea, ya  
que el desarrollo de las destrezas lógico-numéricas se produce a través de un aprendizaje  
favorable en contextos y condiciones adecuadas para su enseñanza.  
Cuando se trata de la alfabetización matemática, también se debe hacer uso de  
diferentes enfoques teóricos, como el aprendizaje significativo de Ausubel, Novak y Gowin  
y la enseñanza para la comprensión de Perkins, Gardner y Weiske. Las teorías del  
aprendizaje significativo muestran cómo el aprendizaje es una práctica social que tiene un  
significado útil; el aprendizaje para la comprensión no sólo se centra en los aspectos  
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conceptuales, sino también en los métodos y técnicas que nos permiten poner en palabras  
lo que hemos aprendido y aplicarlo a la vida cotidiana (Gómez , 2019).  
De igual manera destacan los señalamientos de (Yoppiz et al., 2016), al inferir que la  
planificación del proceso de enseñanza y aprendizaje es esencial para todos los profesores.  
Su uso en la enseñanza puede enriquecer el marco conceptual, metodológico y práctico,  
aseverando que uno de los puntos débiles de la tendencia actual en la enseñanza de las  
matemáticas es que los alumnos aprenden los contenidos de forma mecánica y  
fragmentada. Por lo tanto, es importante saber qué contenidos elegir, qué métodos y formas  
de organización utilizar y qué métodos y formas de evaluación emplear. Propone como una  
práctica evaluativa eficaz, animar a los estudiantes a que se evalúen a sí mismos y a que  
observen y evalúen el trabajo de los demás.  
Las evaluaciones matemáticas deben ser direccionadas a determinar si el alumno es  
capaz de establecer contacto con el conocimiento matemático en situaciones de vida  
cotidiana, con casos prácticos reales, muy por encima de evaluar si es competente para  
resolver operaciones básicas de la matemática. Buscando evaluar más que el resultado  
como producto mecánico de un procedimiento cuantificable, el nivel de análisis, de  
razonamiento, conclusión y deducción lógica del educando.  
Sobre este particular destacan las aseveraciones de (Alsina et al., 2019), al  
determinar qué aspectos incluir en la evaluación de la competencia matemática. Para ello,  
proponen un modelo basado en la evaluación participativa y la autoevaluación de los  
alumnos; alegando que la evaluación de la competencia matemática debe alejarse de los  
modelos de estimación tradicionales que se basan únicamente en la evaluación del profesor  
sobre el rendimiento de los alumnos. Partiendo de la idea de que la evaluación ya no es una  
herramienta limitada, sino una fuente de aprendizaje más compleja y única, proponen un  
modelo que considere los siguientes aspectos: organización de la enseñanza y el  
aprendizaje de las matemáticas; identificación de los aspectos de los conocimientos y las  
competencias matemáticas que deben evaluarse; selección de actividad que puedan  
evaluarse; elaboración de instrumentos de evaluación específicos con criterios. A  
continuación se presentan de forma organizada los tres ciclos para la enseñanza,  
aprendizaje y evaluación de las competencias matemáticas, evidenciados en la descripción  
de la gráfica 1.  
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Gráfica 1: Ciclo para la enseñanza, aprendizaje y evaluación de las competencias  
matemáticas.  
Apropiación de los  
Contenidos  
Planificación  
(recionalizaciónen el  
accionar cotidiano)  
(recursos didácticos  
e innovadores)  
Evaluación Participativa  
(Coevaluacióny Autoevalación)  
En una línea similar Jiménez & Sánchez (2019), plantean que la planificación es  
siempre uno de los pasos más significativos e imperiosos del plan de estudios y debe  
hacerse de forma innovadora, teniendo en cuenta las fortalezas, las debilidades e intereses  
de los alumnos. Desarrollando actividades basadas en una comunicación certera dentro de  
los cánones numéricos, que tome en cuenta el uso de un lenguaje apropiado en  
matemáticas, sin crear barreras didácticas para el aprendizaje ni dificultar la adquisición de  
conocimientos. Por tanto, la práctica pedagógica de los educadores debe propiciar  
situaciones didácticas que faciliten el aprendizaje de las competencias matemáticas.  
De igual manera para (Silva , Gamboa, & Domínguez, 2019), la evaluación debe  
utilizarse de forma sistemática y coherente para demostrar que las actividades planificadas  
o destinadas a alcanzar ciertos objetivos se han gestionado de forma eficaz y eficiente. En  
la apreciación cuantitativa de los programas de educación matemática, la evaluación  
continua debe basarse en actividades de valoración sistemática y exhaustiva. Realizada  
mediante diagnósticos iniciales, sistemáticos, dinámicos, precisos y completos, que  
indiquen el nivel actual de desarrollo y el potencial de los alumnos en un momento  
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determinado. Esta evaluación puede adoptar muchas formas: preguntas orales y escritas,  
deberes, trabajos de investigación, proyectos realizados, observación del trabajo de los  
alumnos en clase o durante otras actividades planificadas, interacción con el software de  
aprendizaje, etc.  
En síntesis, la planificación debe ser el inicio de un ciclo de vital importancia en la  
enseñanza de las competencias matemáticas, que promueva el empoderamiento del  
conocimiento sistémico en los alumnos, donde éstos sean capaces de relacionar esos  
nuevos saberes con los sucesos de la vida diaria. También donde el docente mantenga una  
perspectiva clara de su papel como facilitador del proceso de aprendizaje, utilizando un  
lenguaje y métodos didácticos que no imposibiliten o dificulten la asimilación de los  
contenidos numéricos; muy por el contrario que estimule el razonamiento lógico, el  
pensamiento crítico y la formulación de problemas y soluciones.  
Siguiendo con la implementación de estrategias didácticas innovadoras, se puede  
decir que la enseñanza actual de las matemáticas en las universidades debe ser dinámica  
y creativa para ello los docentes cuentan con recursos interactivos, lúdicos y específicos  
entre los que se cuentan los crucigramas, los cuales son una forma estupenda de promover  
el aprendizaje específico y motivar a los alumnos. Como estrategia educativa los  
crucigramas pueden contribuir de forma significativa al desarrollo de habilidades, son un  
recurso eficaz y valioso que puede facilitar la enseñanza de contenidos matemáticos y, por  
tanto, promover un aprendizaje significativo para los estudiantes. También representa una  
estrategia útil para el desarrollo y la difusión de los nuevos conocimientos numéricos,  
proporcionando una enseñanza fácil de aprender, que puede ser explorada en otras  
asignaturas dentro y fuera de las matemáticas (Medina & Delgado , 2020).  
El éxito de la aplicación de estrategias para mejorar todos los aspectos de la  
enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas depende no sólo de los conocimientos y las  
capacidades del profesor, sino también de la participación activa de los alumnos. El valor  
pedagógico del cálculo mental es inestimable y debería aplicarse siempre en el aula. Por lo  
tanto, se recomienda incluir al menos cinco minutos de cálculo mental en cada clase para  
mejorar los resultados en el aprendizaje de las matemáticas, así como la concentración y la  
atención de los alumnos (Urquizo & Campana, 2017).  
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2.4. Habilidades cognitivas relacionadas a las competencias matemáticas en los  
estudiantes universitarios  
Para que los estudiantes universitarios puedan desplegar las habilidades adquiridas  
relacionadas a las competencias matemáticas se debe primero desarrollar una actitud  
positiva hacia las relaciones numéricas, en una fórmula pedagógica que involucra tanto a  
docentes como a los propios educandos. Algunas habilidades cognitivas que se obtienen a  
través del dominio de las competencias matemáticas están relacionadas a la organización,  
concentración, construcción y ordenamiento de conceptos propios de las matemáticas, al  
igual que a factores relacionados a los elementos motivacionales y metacognitivos,  
ayudando a optimizar las relaciones interpersonales (Morales et al., 2018).  
Las destrezas que genera el proceso de aprendizaje matemático en los estudiantes  
fungen como una columna imprescindible para el pensamiento lógico que permite a los  
estudiantes esgrimir las percepciones, los argumentos de negociación, discusión y  
proyección. Ser competente en matemáticas es ser capaz de formular, presentar y resolver  
problemas, comprender y dominar el lenguaje matemático, utilizar argumentos, pruebas,  
contraargumentos, al igual que ejemplos como medio para confirmar o refutar hipótesis y  
participar en el proceso de demostración utilizando eficazmente los procedimientos y  
algoritmos (Mineducación, 2009).  
Lo anterior nos lleva a otro aspecto determinante como lo es la relación entre el  
proceso de abstracción, generalización y síntesis. Sobre este aspecto destacan las  
aseveraciones de (Penagos et al., 2017), al referir que la generalización suele significar la  
ampliación de la estructura del conocimiento, mientras que la abstracción puede significar  
la reconstrucción cognitiva. Por ejemplo, cuando pasamos de los números reales a los  
números complejos, podemos generalizar de tal manera que ya no necesitamos una clase,  
pero podemos seguir trabajando con objetos representados por números en un contexto  
familiar en el que los números se pueden sumar y multiplicar.  
De acuerdo a los referidos autores, la abstracción, sin embargo, requiere que los  
alumnos se centren en las relaciones entre los números, que comprendan que se trata del  
vínculo entre ellos y no de los números en sí. Sin embargo, la abstracción es un proceso de  
pensamiento muy diferente al de la generalización y la síntesis. La abstracción es  
principalmente un proceso de construcción. Las disposiciones mentales son estructuras  
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matemáticas construidas, es decir, propiedades y relaciones entre objetos matemáticos. A  
continuación se presenta de forma organizada e ilustrativa la relación de habilidades  
cognitivas conexas a las competencias matemáticas, evidenciada en la descripción de la  
figura 1.  
Figura 1: Relación de habilidades cognitivas conexas a las competencias  
matemáticas.  
Organización y  
Concentración  
Abstracción,  
Competencias  
matemáticas  
generalización y  
Metacognitivos  
síntesis  
Pensamiento  
Lógico  
Los estudios matemáticos en la educación superior requieren una elevación de la  
compresión conceptual y abstracta de los procesos numéricos en su relación más amplia  
entre los elementos involucrados, exigiendo un razonamiento matemático que permita el  
análisis e interpretación de los conceptos estudiados. Sobre este particular destacan los  
señalamientos de (Nagel et al., 2017), al esbozar que en la universidad, el contenido  
matemático se torna más complicado que en la escuela y conjuntamente se presenta con  
un lenguaje más formal, requiriendo la argumentación matemática y exigiendo un nivel  
mayor en la capacidad de razonamiento del estudiante.  
Un estudio sobre la base del rendimiento académico aplicado a 173 estudiantes  
universitarios de la carrera de pedagogía en matemáticas, demostró que las variables  
cognitivas relacionadas con el rendimiento matemático aumentan los niveles de inteligencia  
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lógica, el desarrollo del vocabulario disponible y el grado de desarrollo del pensamiento  
formal. Los sistemas de razonamiento formal permiten el planteamiento abstracto de los  
problemas, la formulación de hipótesis y las operaciones teóricas de segundo orden, entre  
muchas otras funciones. El vocabulario disponible se refiere más concretamente al aumento  
del número de palabras que acuden inmediata y naturalmente a la mente de los alumnos  
cuando piensan en un tema; en particular, el aumento del vocabulario tiene un efecto  
positivo en los temas basados en sistemas numéricos, cálculos, estructuras, geometría,  
datos y azar (Cerda et al., 2017).  
El aprendizaje de las matemáticas también es importante para la educación porque  
desarrolla la capacidad de pensar. El impulso del pensamiento lógico suele quedar  
demostrado por la pericia de los alumnos para resolver primero problemas matemáticos y  
luego transferir esta capacidad a la resolución de problemas cotidianos. Uno de los mayores  
retos de las universidades en la actualidad es adaptarse a las cambiantes demandas de la  
sociedad, tanto en lo que respecta a la mejora de la calidad de la enseñanza como en el  
apoyo al desarrollo del pensamiento lógico y capacidades cognitivas de los estudiantes.  
La correspondencia entre la construcción del pensamiento lógico de los estudiantes  
universitarios con el estudio de las matemáticas, es actualmente objeto de mucha reflexión  
y debate científico y metodológico en todo el mundo. Asimismo, se busca determinar qué  
cambios son importantes hacer para mejorar la enseñanza y el aprendizaje de las  
matemáticas y la aplicación de los contenidos matemáticos a la resolución de problemas  
concretos de la vida y los trabajos diversos. Se trata de prestar mayor atención a la  
construcción contextual de modelos teóricos, estrategias de enseñanza y métodos que  
contribuyan al desarrollo del pensamiento lógico de los alumnos y faciliten la interpretación  
de los resultados obtenidos al resolver un determinado problema matemático (Wongo et al.,  
2016).  
En general, algunos autores sostienen que el proceso de enseñanza y aprendizaje  
de las matemáticas debe mejorarse mediante una pedagogía activa que promueva el  
desarrollo del pensamiento lógico a través de la resolución de problemas, con el fin de  
satisfacer las demandas pedagógicas y sociales derivadas del rápido desarrollo de la ciencia  
y la tecnología en el siglo XXI. Entre las demandas pedagógicas y sociales se encuentran:  
el uso adecuado de las herramientas tecnológicas, la búsqueda de perspectivas científicas  
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y tecnológicas que puedan contribuir a la mejora continua del proceso de enseñanza y  
aprendizaje de las matemáticas, la relación entre la enseñanza y la investigación, y la  
necesidad de mejorar la preparación inicial de los futuros profesores redefiniendo el papel  
de las matemáticas en la resolución de problemas vitales y profesionales.  
Uno de los precursores en la psicología cognitiva y referente necesario para explicar  
el desarrollo del pensamiento lógico-matemático fue Piaget. Su propuesta del “pensamiento  
operatorio concreto” y “operatorio formal”, desató un sinfín de investigaciones que trataron  
de explicar sus principios en varias áreas del saber, fortaleciendo el desarrollo del  
pensamiento en los estudiantes. Las dificultades de los alumnos universitarios para dominar  
el razonamiento lógico-matemático formal afectan a su aprendizaje. No se puede esperar  
que una persona que no alcance este nivel cognitivo, comprenda los conceptos matemáticos  
que está aprendiendo (Ramírez et al., 2018).  
Las matemáticas son muy trascendentes en la vida de los estudiantes, haciéndose  
necesarias para obtener soluciones en la vida cotidiana, permitiendo el desarrollo de las  
habilidades mentales. La educación eficiente hace significativos aportes a los estudiantes  
relacionados con la adquisición de los conocimientos y las competencias requeridas por  
múltiples actividades productivas. Es significativo destacar que las habilidades de  
pensamiento están incluidas en todos los ámbitos de la educación, pero si se desarrolla el  
pensamiento matemático, el estudiante está en la capacidad de alcanzar una formación más  
completa, la cual le aporta otro nivel cognitivo para encontrar los elementos y tácticas  
necesarias requeridas para resolver cualquier problema cotidiano (Dominguez & Espinoza  
, 2019).  
3. Discusión  
La definición y comprensión del rol activo de las competencias matemáticas pone de  
manifiesto la necesidad de promover una educación basada en el conocimiento técnico,  
científico y humano, que ayude a los estudiantes a desplegar su potencial creativo,  
pensamiento lógico y habilidades cognitivas que le permitan aplicar los saberes  
matemáticos en la solución de problemas reales relacionados a su accionar cotidiano.  
La introducción de lineamientos curriculares que incluyan competencias  
matemáticas, aumenta el desarrollo de las habilidades cognitivas en los estudiantes  
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universitarios y les permite desarrollar un pensamiento lógico que los coloca en otro nivel  
de comprensión y análisis de los problemas, facilitándoles aplicar esos conocimientos  
adquiridos en las aulas de clases a las actividades y conflictos diarios.  
En cuanto a la enseñanza de las matemáticas, es evidente que en Colombia la  
mayoría de los estudiantes que ingresan a la universidad tienen dificultades en esta área,  
especialmente para explicar y modelar problemas, lo que según los expertos se refleja en  
los bajos resultados de las pruebas que evalúan la calidad de la enseñanza y el aprendizaje,  
como la prueba nacional de calidad de la educación superior SABER PRO (Martínez et al.,  
2018). Aunque se han hecho esfuerzos considerables en la última década, es evidente que  
queda mucho por hacer para lograr un proceso pedagógico que facilite la adquisición de  
aprendizajes matemáticos significativos en los estudiates de las universidades colombianas.  
Esto nos lleva a la hipótesis de que es ineludible ahondar en la redefinición de los  
métodos didácticos y capacitación del profesorado en las competencias matemáticas, de  
modo que se encamine una reorganización de actividades académicas relacionadas a la  
importancia de las competencias numéricas en los estudiantes, ya que para aumentar la  
calidad de la educación superior en relación al área de las matemáticas, se requiere un  
compromiso pedagógico y una vinculación positiva hacia las relaciones numéricas, en una  
simbiosis que involucra tanto a docentes como a los propios estudiantes.  
La dirección de los procesos pedagógicos en relación al aprendizaje significativo, tan  
importante en la facilitación del conocimiento en la etapa universitaria está relacionado a la  
formación de docentes para impartir las competenciasmatemática, ameritando dominio y  
comprensión de los contenidos que constituyen la materia de su enseñanza, lo cual les  
permitirá desarrollar las destreza para para comunicar convenientemente el contenido  
matemático (Hernández et al., 2017).  
También es importante tomar en cuenta los postulados de (Urquizo & Campana,  
2017), para quienes el éxito de la aplicación de estrategias para mejorar todos los aspectos  
de la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas depende no sólo de los conocimientos  
y las habilidades del profesor, sino también de la participación activa de los alumnos. En  
general, algunos autores consideran que la educación matemática debe mejorarse  
mediante una pedagogía activa que promueva el pensamiento lógico a través de la  
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resolución de problemas, con el fin de responder a las necesidades educativas y sociales  
del siglo XXI derivadas del rápido desarrollo de la ciencia y la tecnología.  
Conclusiones  
El impulso de las competencias matemáticas en el sistema educativo universitario es  
un reto importante para el desarrollo económico y social del país, ya que a través de éstas  
los alumnos logran importantes habilidades cognitivas que les permiten destacarse como  
futuros profesionales. Los estudiantes necesitan tener acceso pedagógico adecuado en  
relación a los contenidos matemáticos para alcanzar la capacidad de utilizar sus  
experiencias de forma racional y pensar con lógica.  
El pensamiento y el razonamiento que facilitan las habilidades matemáticas elevan  
el nivel de efectividad para la resolución de problemas reales. Es importante que los  
estudiantes universitarios adquieran y apliquen las competencias matemáticas porque  
mejoran su capacidad de análisis, razonamiento, síntesis y aplicación. Los fundamentos  
de las competencias matemáticas proporcionan conocimientos que permiten a los alumnos  
comprender los diferentes tipos de argumentos lógico-matemáticos. Esto consiente una  
práctica intuitiva que conduce a la generación y expresión de soluciones eficaces en las  
actividades cotidianas.  
Las competencias básicas matemática permiten a los alumnos adquirir las  
habilidades y los conocimientos necesarios para realizar operaciones simbólicas utilizando  
un lenguaje numérico adecuado. Esto incluye el desarrollo de la capacidad de descodificar  
e interpretar el lenguaje formal y simbólico para entender su relación con el lenguaje  
cotidiano. Las habilidades matemáticas consolidadas durante el curso universitario deben  
incluir la búsqueda de la certeza a través del pensamiento lógico, así como el desarrollo de  
la capacidad de la abstracción, generalización y síntesis, que será muy útil en el uso de  
mapas, la planificación de rutas, el dibujo cartográfico, la interpretación gráfica, la  
identificación espacial del entorno, etc. A través de los contenidos matemáticos, los alumnos  
podrán desarrollar una mejor comprensión intuitiva de la realidad y mejorar su capacidad  
para interactuar con ella, así como proporcionar información cada vez más precisa sobre  
aspectos medibles del entorno.  
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