Revista Latinoamericana de Difusión Científica
Volumen 1 – Número 1 - ISSN
Responsabilidad social universitaria, transferencia tecnológica y desarrollo endógeno
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satisfechas, a través de las acciones que se han realizado y que requieren
soluciones. Esa proyección social es la que cumple la universidad con su entorno y
se apoya en sus funciones de docencia-investigación-extensión.
Desde este punto de vista, el nuevo enfoque de la universidad debe contribuir
decididamente a la solución de los críticos problemas que aquejan a la sociedad.
Estos problemas, que deben percibirse a través de la identificación de necesidades
sociales, económicas y políticas insatisfechas que requieren soluciones a largo
plazo, comprometen la participación de amplios sectores públicos y privados, y
sobre todo, nuevos esfuerzos y estilos de cooperación ciudadana. Por otra parte, al
estar a tono con los nuevos tiempos, la universidad requiere definir la visión integral
de sus funciones académicas: docencia, investigación y extensión sobre un nuevo
paradigma cuyo uno de sus mejores soportes es una comunicación oportuna como
eje transformador que le permita, a través de la creación y difusión del conocimiento
lograr la correspondencia entre lo que la sociedad demanda por una parte y la
coherencia interna que debe reinar en la universidad, por la otra, en la búsqueda de
la pertinencia social que aspira el contexto de las instituciones de educación
superior, tratando de hacer compatible el discurso con la acción (Raga 1998).
Son los padres de familia, los maestros de colegios y escuelas, las
universidades, los gremios empresariales, los gobiernos territoriales, el estado, la
misma Iglesia y aquellas personas y organizaciones que de alguna forma inciden
hoy en el mañana, los llamados a asumir un liderazgo con una posición ética, moral
y de responsabilidad que evite seguir construyendo un nefasto y fatídico futuro
(
Klisksberg, 2002).
Es así como el interés corporativo, bien entendido, no puede dejar de ser
sensible a la sociedad en la cual se desarrolla la organización, y reconocer las
intersolidaridades, tal y como lo afirma Morin (2006). Por lo tanto, la responsabilidad
social es a la vez una exigencia ética y una estrategia racional de desarrollo para la
inteligencia organizacional y por ende, de las instituciones de educación
universitaria.
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