Revista Latinoamericana de Difusión Científica
Volumen 3 – Número 5 - ISSN 2711-0494
Moisés Flores // El Absurdo y la Rebelión Metafísica en Albert Camus, 36-47
3.
La metafísica del absurdo
El absurdo como concepto es abstracto. Sin embargo, resulta tangible en la vivencia
diaria, podemos sentirlo al preguntarnos por el sentido de las cosas, de nuestra vida y de
las actividades y tareas que hacemos, somos incapaces de verlo, de pensar en algo
concreto cuando hablamos de él, pero sin embargo está presente en todo lugar, en cualquier
esquina, es parte del hombre y solo existe con él.
Goldaracena nos ayuda a despejar y comprender la interpretación de este término;
para él Camus y su pensamiento es el resultado de una evolución intelectual; El Mito De
Sísifo (1942), en un primer momento quiso destruir los ídolos y falsas creencias que tenía
Occidente, desmontar la ilusión de la inefabilidad de la ciencia y la razón, este pensamiento
inspirado por el Nihilismo, luego sería la filosofía del absurdo. Goldaracena (1982: 129) nos
explica que “esta doctrina, actitud o corriente de pensamiento, que Camus llama el absurdo,
traslada la nada de lo ontológico a lo vivencial.”
Si nos referimos a las definiciones, y a la naturaleza de los términos, el absurdo es
un término de naturaleza metafísica, al igual que el poder; el poder no como concepto sino
como poder a secas, no puede verse ni ser tangible pero está presente, en nuestras
acciones y decisiones, en la autoridad que un padre ejerce sobre su hijo o en las acciones
que toma el gobierno sobre el destino del país.
Ahora bien, hay que reconocer que si bien Camus en El Hombre Rebelde (1951)
intenta hacer una metafísica del absurdo, esta carece de la estructura sistematizada de una
metafísica como tal, propio de una filosofía más esquematizada o estructurada como podría
ser el idealismo o el estructuralismo. Pero dada la naturaleza practica y concreta de la
filosofía de Camus, sus reflexiones no requirieron un sistema filosófico abstracto, enfocado
en el pensamiento. Camus, cuando se refiere a un concepto dado, como por ejemplo la
justicia, nos lo explica desde su punto de vista (ni como un principio, ni como un término
abstracto), habla de la justicia desde el punto de vista de la persona, desde su subjetividad;
explica que cuando hablamos de justica hablamos de una pasión, que es a la vez una pasión
de la inteligencia y una pasión del corazón.
A lo expuesto anteriormente queda responder la siguiente interrogante, ¿existe una
metafísica del absurdo? La respuesta a esto es ambigua, porque el mismo término absurdo
es de naturaleza metafísica; ahora bien, Camus no desarrolla un sistema filosófico en el
44