Revista Latinoamericana de Difusión Científica
Volumen 2 – Número 2 - ISSN 2711-0494
Jesús A. Márquez R.// Aportes de la Modernidad al desarrollo de… 69-92
independencia de las trece colonias angloamericanas (1777), la revolución
francesa (1789) y, en la primera mitad del siglo XIX, los procesos de ruptura con
los nexos colonia les de la mayoría de las colonias iberoamericanas” (2015: 65).
En este sentido, no debe pensarse que el ideal democrático primero y la poliarquía
después surge automáticamente luego del colapso del absolutismo monárquico en Francia
o en las colonias de ultramar. Se trata, más bien, de un proceso lento que se mueve con
avances y retrocesos, que incluso al día de hoy le falta mucho por transitar. Tampoco, debe
confundirse el iluminismo y el liberalismo con la democracia propiamente dicha, porque,
aunque el núcleo gnoseológico duro de las democracias subyace en el liberalismo clásico,
las poliarquías contemporáneas son subsidiarias también de otras ideológicas, como el
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socialismo , el anarquismo y la doctrina social de la iglesia.
En lo específico las proto-democracias modernas, se identifican al decir de Romero
y Romero (2005), por los conceptos que siguen: a) soberanía popular, b) libertad de ser y
hacer en un marco regulado por la ley, c) igual política de todos los ciudadanos por ante la
ley, d) construcción de consensos colectivos sobre temas de intereses general, sin suprimir
los disensos, e) el gobierno como máxima representación de la voluntad general, f) fomento
de la participación ciudadana en los espacios decisionales y como ente controlar de estos
espacios de poder vinculante (contraloría social), g) un ambiente propicio para el
pensamiento crítico y la controversia ante los actores de poder, h) elecciones con un mínimo
aceptable de transparencia e imparcialidad para designar los cargos de representación
popular, i) toma de decisiones abiertas y flexibles, nunca irreversibles con base a
dogmatismos ideológicos, j) aunque en la democracia se impone el criterio político de la
mayoría se respeta y defienden los derechos de la minorías.
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Para Hobsbawm (2009), la democracia moderna tiene en la burguesía su principal protagonista.
En consecuencia, más allá de su formación discursiva en la práctica se trata de un sistema político
que privilegia los intereses de la burguesía y se sustenta en relaciones capitalistas de producción
material. De este modo, la democracia liberal es la reacción histórica burguesa que se erige contra
la aristocracia nobiliaria y el sistema de producción feudal. Por su parte, este historiador británico
identificado con la tradición marxista muestra que ideas como: el estado de bienestar, los sindicatos
o la democracia social provienen no del liberalismo, sino de grupos socialistas que lucharon desde
el siglo XIX para crear mejores condiciones de vida en las clases trabajadores que vivían en las
democracias centrales del occidente hegemónico. Es precisamente por estas luchas progresistas
que, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, se incluye el catálogo de
derechos socioeconómicos y culturales, que vienen a complementar a los derechos políticos y las
libertades civiles proclamadas como bandera del liberalismo clásico o ilustrado.
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